Una nueva propuesta para la futura alimentación en Europa
Las medusas pertenecen al conjunto de organismos que los biólogos marinos denominan zooplancton gelatinoso. Constan de un cuerpo transparente y de consistencia blanda, perfectamente descrita en su nombre en inglés: jellyfish («pez de gelatina»).
En el último decenio, estos animales han ganado protagonismo debido a su proliferación [véase «¿Por qué proliferan las medusas?», por Luis Cardona; Investigación y Ciencia, junio de 2014]. La aparición, en la portada de la revista Time del 4 de noviembre de 2009, del artículo «Invasion: Jellyfish swarm the Mediterranean», donde se incidía en la cuestión, extendió la problemática a los medios de comunicación de todo el mundo. A partir de entonces, se desarrollaron páginas web y aplicaciones de móvil para tener información sobre la presencia de medusas en el Mediterráneo. La aplicación Meteo Meduse, creada en 2011 y a través de la cual se accedía a conocer la presencia de medusas en las costas italianas, se descargó más de 26.000 veces.
En octubre de 2010 se celebró en Estambul un seminario sobre proliferaciones algales y de medusas en el Mediterráneo y el mar Negro, organizado por la Comisión General de Pesca del Mediterráneo. Allí se encendieron todas las alarmas y se encargó la elaboración de un informe. El documento, Review of jellyfish blooms in the Mediterranean and Black Sea, fue realizado por el profesor de zoología y biología marina de la Universidad del Salento Ferdinando Boero y bajo el amparo de la FAO; salió a la luz en 2013. En él, además de describir las especies de medusas y sus hábitats, se analizan los riesgos de su proliferación. En la pesca, entorpecen las labores y reducen la presencia de otras especies de consumo. En el ámbito sanitario, las picaduras afectan a miles de personas cada año.